La cirugía de próstata, conocida como prostatectomía, implica la extirpación total o parcial de la glándula prostática. Puede realizarse para tratar condiciones como la hiperplasia prostática benigna (HPB) o el cáncer de próstata.

Existen varios enfoques quirúrgicos para la cirugía de próstata, como la prostatectomía abierta (cirugía tradicional), la prostatectomía laparoscópica asistida por robot y la prostatectomía por incisión única (single-site). El tipo de cirugía recomendado dependerá de la condición y las necesidades individuales de cada paciente.

Como con cualquier cirugía, existen riesgos potenciales asociados con la cirugía de próstata. Estos pueden incluir complicaciones como sangrado, infección, lesión de órganos cercanos, problemas urinarios o sexuales, y complicaciones relacionadas con la anestesia. Tu cirujano podrá discutir contigo los riesgos específicos en tu caso.

El tiempo de recuperación puede variar según el tipo de cirugía y las características individuales del paciente. En general, se espera que la recuperación inicial tome unas pocas semanas, pero la totalidad de la recuperación puede llevar varios meses. Tu médico te proporcionará pautas específicas y recomendaciones postoperatorias.

La cirugía de próstata puede tener un impacto en la función sexual y urinaria. Algunos hombres pueden experimentar cambios en la capacidad para tener una erección o la eyaculación después de la cirugía. En cuanto a la función urinaria, es posible que experimentes cambios temporales en el control de la vejiga. Es importante discutir estos temas con tu médico antes de la cirugía.